lunes, 5 de noviembre de 2018

LA ORATORIA EN GENERAL


El don de la palabra hablada.
La palabra es el atributo que distingue al hombre de los demás seres que pueblan la tierra, y justo será que se esfuerce en llevar al más alto grado de perfección posible el don que se le ha concedido por esta singular prerrogativa. Es el lazo invisible del amor y de la benevolencia, es el eco fiel que repite a los demás lo que pasa dentro de nosotros, es el nuncio de nuestra felicidad o de nuestros dolores, es para decirlo de una vez, la vida; porque la vida circula con ella, y por eso no se le encuentra entre los mudos y obscuros sepulcros. Porque la palabra en su origen viene de Dios, su desarrollo, su espontaneidad y la improvisación en que se ostentan se deben exclusivamente al hombre.

1.- ¿Qué es Oratoria?
La oratoria es una forma particular del fenómeno social de la comunicación, es la ciencia de la persuasión oral, dicho de otra manera es el arte de comunicar y persuadir a los demás por medio de la palabra. La oratoria no es sólo el arte del bien decir, sino también el arte de la demostración en donde el orador domina las voluntades y abre luz al criterio valiéndose de la ciencia, de la poesía, de la dialéctica y del inmenso poder de la elocuencia.

2.- ¿Qué es Elocuencia?
Etimológicamente la palabra Elocuencia deriva del verbo latín:
elocuor, que significa hablar claro y distintamente, como decía Quintiliano: “Manifestar nuestrospensamientos con claridad por medio del lenguaje.” Según Cabanella, es la “facultad de expresarse de modo persuasivo y de manera que deleite a quien oye.” En efecto la palabra, ese lazo de amor, esa melodía del alma, es para el hombre, como ha dicho muy bien un célebre escritor, un manantial inagotable, una fuente perenne de inspiración, de entusiasmo y de gloria. Sin embargo, tal es el destino y poder de la elocuencia; elocuencia, que es la poesía de la palabra; que es un arma destinada sólo para conquistar; que es un Numen que habla por la boca de un mortal inspirado para poner silencio a las malas pasiones y consagrarse sólo a la defensa de la verdad, de la razón, de la humanidad, de las leyes y de la religión.



Texto extraído de: Manual básico de oratoria (Krigguer Alberto Artola Narváez y Renee Lucia Salmerón Silva).

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